Con un tablero estilo Serpientes y Escaleras las niñeces aprenderá sobre técnicas ancestrales
Foto: Karla G. Hernández Aguilar
Astrid Sánchez
31/07/2023 | Mérida, Yucatán
El Camino hacia la Milpa no es sólo un juego de mesa, es uno más de los esfuerzos que realiza la organización U Yich Lu’um para revitalizar la lengua maya y compartir con las niñeces el conocimiento del ciclo de la milpa y cómo el cambio climático ha afectado esta técnica agrícola ancestral.
En coordinación con Karla G. Hernández Aguilar, doctorante de la Universidad de Nottingham, en Reino Unido, mujeres que forman U Yich Lu’um crearon un juego de mesa similar a serpientes y escaleras para que las y los jugadores conozcan el ciclo de la milpa maya, explicado por personas adultas de la comunidad de Sanahcat, Yucatán.
“Recurrimos a las personas mayores que hacen milpa, les preguntamos en maya y nos nombraban cada proceso. Queremos mostrar a los hombres, queremos mostrar a las familias milperas en este juego que es de mucho reconocimiento a las personas que aún hacen milpa”, detalla Yamili Chan, mentora comunitaria de U Yich Lu’um, que significa El fruto de la tierra.
Karla obtuvo el financiamiento para el proyecto a través de la Escuela de Geografía de la Universidad de Nottingham y ante el mutuo interés e inquietud con respecto al impacto del cambio climático sobre los sistemas agrícolas tradicionales, nació el juego.
A través de 48 casillas, El Camino hacia la Milpa conjuga el conocimiento indígena con el científico para que las y los jugadores eviten que el calentamiento global afecte el ciclo de la milpa maya y ofrece la opción de jugarlo en una versión completamente en español y otra en maya.
Además de ser un juego de mesa, esta herramienta pretende contribuir a la educación ambiental de las comunidades, conectar a las niñeces con las prácticas de su territorio, revitalizar la lengua maya y romper con las estructuras de poder que la ciencia occidental impone sobre los pueblos indígenas a través de la difusión de enfoques y prácticas colonialistas que pasan por alto el conocimiento ancestral.
“La idea es justamente crear conciencia sobre el cambio climático en territorios indígenas y lo que queremos es que haya un mejor entendimiento sobre qué pasa con esta situación, no solamente a nivel ambiental y social sino también con los procesos culturales y cómo lo enfrentan las comunidades. Es crear esa conciencia sobre las consecuencias que el cambio climático puede tener en la identidad de la gobernanza de los pueblos indígenas, en este caso, de los pueblos mayas y su relación con la agricultura”, explica Karla G. Hernández.
Durante el recorrido por las casillas, los participantes también apreciarán fotografías de situaciones reales en la comunidad de Sanahcat para reforzar la conexión con el tema.
Yamili Chan destaca que El Camino hacia la Milpa no es un simple juego porque fue creado con toda la intención de destacar el conocimiento biocultural de las comunidades mayas y también reconoció la labor de Karla al ser respetuosa de los procesos locales y realizar la difusión de estas prácticas sin caer en la irrupción.
Y es que desde Reino Unido Karla ha trabajado con las comunidades mayas para contribuir a la revitalización de la lengua y de las prácticas indígenas. Por ejemplo, co creó el calendario de la milpa maya para plasmar en papel el conocimiento que ha sido heredado generación tras generación.
Ahora, con este proyecto lúdico Karla promueve la coproducción de conocimiento con perspectiva de justicia ambiental y apuesta a la deconstrucción de prácticas académicas.
“Hacemos un llamado a que las estrategias de adaptación y políticas públicas tomen en cuenta las visiones culturales que tienen los indígenas, sus valores comunitarios, sus tradiciones, incluso su propia percepción de lo que consideran un riesgo. Que podamos tener formas de que las comunidades y el público en general cambie la perspectiva de lo que es el conocimiento indígena, que no se les haga creer a los agricultores que para progresar se deben seguir los conocimientos occidentales y las técnicas modernas cuando ellos tienen sus prácticas efectivas y exitosas”.
El Camino hacia la Milpa se encuentra en su fase de impresión y será distribuido en la comunidad de Sanahcat, que es donde se originó, pero Karla y el equipo de U Yich Lu’um trabajan para que pueda llegar a otras comunidades o se encuentre disponible en un formato descargable.
Es un juego destinado a los niños y niñas, pero cuenta con todos los elementos para atraer a las personas adultas.
“Con la versión en maya se busca que las niñeces aprendan la lengua y que sea un reto, pero también es un juego que está en la lengua de las personas que ayudaron a crearlo y que les resultará interesante ver el resultado”, destacó Yamili.